Rávika, la Duende Guardiana de los Portales
Hay duendes que protegen hogares… otros que encienden la alegría, o que cuidan la abundancia.
Y después está ella.
Rávika.
La que custodia lo invisible.
La que abre y cierra portales energéticos que los humanos no ven… pero sienten.
Fue esculpida con los códigos antiguos aún grabados en su piel.
Los símbolos no son decoración:
Son sellos vivientes.
Marcadores de su misión.
Rávika aparece cuando estás por hacer un salto importante en tu vida.
No uno superficial. Uno real.
De esos que duelen y despiertan al mismo tiempo.
Ella sabe que cruzar un umbral nunca es cómodo.
Y por eso se te entrega como guía.
Su presencia ahuyenta todo lo que intenta detenerte.
Y te da valor para mirar lo que escondés.
No juzga tus sombras.
Las honra.
Y las transforma.
Sus ojos guardan historias de otras vidas.
Y su energía limpia lo que no es tuyo.
Llega a quienes están preparados para cerrar ciclos, abrir caminos, y asumir su propio poder.
Porque no todo lo que te pasa es casualidad.
Y no todo lo que termina… es pérdida.
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Cuidados especiales:
•No la dejes guardada. Necesita estar donde circule energía: cerca de puertas, ventanas o altares.
•No le tengas miedo si sentís cambios repentinos de humor: está reordenando tu campo sutil.
•Podés sostenerla entre tus manos y pedirle protección, claridad o fortaleza antes de tomar decisiones grandes.
•Le gusta el humo de salvia, las amatistas y los vientos de tormenta.
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Tamaño: 20 cm aprox.
Nombre álmico reservado para su verdadera guardiana.